lunes, 24 de mayo de 2010

Reflexiones part. I


Por ké a cuántos más años de vida se torna más difícil enamorarse o mejor dixo, konseguir ke alguien se enamore verdaderamente de uno?

Y es que kuando tu adolescencia empieza hasta cierta edad -digamos de los 14 hasta los 22- el amor sucedía de una manera tan natural e inocente komo los sueños y anhelos. No importaban kuestiones komo status, dinero u objeto palpable existente. Bien se podía sobrevivir solamente de un beso furtivo, karicias exploratorias y sexo en un hotel promedio o en el mejor de los kasos en algún kuarto ke te prestaban tus amigos para siempre, al final de kada día pasado, terminar felices abrazados sentados en la banka de kualkier parke o kaminando mil veces la misma kuadra o mareando a algún monumento.
Klaro, una salida kuando el bolsiio lo permitía, y sobre todo, un almuerzo juntos de 4 lukas el menú, lo demás: lo kompletaba el amor.

Es x eso ke muxos añoran esa etapa pues la flaka ke te hizo kaso sin tener ke regalarle cadenas de oro o aretes de plata es la ke te konocía realmente, así pues, qndo la pierdes piensas ke las princesas se han extinguido y tropiezas y tropiezas..

Y es que konforme envejecemos las ideas kambian, evolucionan. Y el amor sobre todo. A determinada edad -qndo ia terminas la universidad y tienes una karrera y ia tienes ke trabajar- ia no puedes enamorar enviando flores de papel pues tiene ke ser un ramo de Rosatel. Si no es así, en verdad no demuestras verdaderamente tu amor. Ia no se puede simplemente embarkarla en su mikro y despedirte kon un gran beso, lamentando no poder akompañarla xke no te alkanza la plata para el regreso, pues demuestras ke no te importa lo ke le pueda pasar en la kaie kon tanto peligro. Tú ké sabes mi amor lo ke pueden hacerme. ¿El karro propio?, klaro, así sea para taxear, tu flaka ia podrá decir frente a sus amigas: me van a venir a rekoger.


Jodido el hombre de 25 años que busca todavía el amor inocente de cuando era adolescente imaginando poder enkontrar todavía sexo con amor a bajo costo.

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