jueves, 28 de octubre de 2010

Volvió la magia


El amor iegó, sí, otra vez. Esta vez representado en una princesa de ébano, de kabeios krespos y mirada profunda. Y iegó, sí, otra vez, igual ke las últimas veces, kon tropiezos y trabas, tal y komo deben ser las verdaderas historias de amor; esas ke hacen ke termines tomando solo en tu kuarto y eskribiendo en tu blog.

Ésta vez el inicio se halla borroso, las 6 W pierden razón de ser al preguntarlas. Y eso es lo de menos qndo el amor, esa inusual mezkla de dopamina, oxitocina y adrenalina, surge en el mejor de los envoltorios. Soy sincero, en lo físiko, es más una Diosa carnal ke una Princesa rubia y flakuxenta.

Eia, x ahora no tiene nombre, sólo basta decir ke qndo la veo soy feliz. Y ni ké decir qndo, a fuerza de remilgos y reticencias, horizontalmente acerkamos nuestros labios. Hiroshima se konvirtió en un "kuetecillo".

Pero hubo antes una cita formal, esperada kon ansias, y un kafé algo amargo. El lugar era kálido y su manera de inklinar la kabeza, akomodando arbitrariamente sus ondulaciones, eran la visión del futuro deseable.

Me gusta eia y la forma de tomarme la mano qndo le presento a Kortazar o Benedetti, pero más me alegra el saber ke toda la literatura romántika aprendida puede ser volkada y sirva (finalmente) para enamorar a una mujer.

Pero el futuro es incierto. Siempre el momento ni el tiempo son perfektos. El diskurso lo sé de memoria desde mis tiempos dialécticos y universitarios. No obstante, mi felicidad se ha resumido x brevedades vividas exageradamente. De tal manera ke hoy, nada detiene al Mustang de mi korazón, ni kalma las ansías de volver a abrazarla, sentir su olor y koger su kabeio.

sábado, 2 de octubre de 2010

En Oktubre no hay milagros...

Kiero rekordar una okasión muy especial. Un evento ke no markó una etapa específica sino ke simplemente fue la natural desembokadura de algo ke tardé en entender era amor, y del bueno.

Kreo ke fue a las 4 de la tarde. Nos enkontramos komo kedamos en el sitio paktado. Eia reticente, io nervioso. Lo habitual en un universitario misio komo era io entonces: el kuarto de mi mejor amigo: una pieza de 5x5 kon baño, en la azotea de una kasa de 4 pisos diseñada totalmente para alkilar habitaciones.

No rekuerdo la músika ke sonaba en el reproduktor de la komputadora, menos aun el vino ke ievé para aligerar las renuencias –supongo ke no valió más de 10 soles- sólo la rekuerdo a eia: hermosa a mis ojos.

Fue muy distinto a aquellas pelíkulas a las ke alguna vez pude acceder, no hubieron planos detalle, poses eskandalosas o gemidos ke aturdían. Fue en resumidas kuentas, un evento inesperado, inkreíble, ieno de risas y desubikaciones, nuevo en la máxima expresión de la palabra. Pero para ser fieles a este relato, hubo algo en ke sí se pareció a esas escenas diseñadas en el mundo del porno: la bella mujer ke tenía a mi lado.

En la noxe de ese mismo día pasé la noxe en vela rekordando kada detaie para evitar perderlos ante la kriminalidad del tiempo. Aunke ahora lamentablemente deskubra ke no pude evitar ser su víktima.

Meses más tarde, kon más experiencias y más amor, un día de klases sin fexa le dediké en mi kuaderno lo siguiente:

“Sábanas ke aun guardan las arrugas y dobleces producidos, al girar, tu cuerpo sobre mi cama. Y un doblez me dibuja tu brazo y una onda tu pierna, un pekeño monte lleno de arista me rekuerda tu puño al kitarte la pereza. Todo es un kaos. Tú pasaste x ahí y te kedaste ahí; y por seguir viéndote siempre he decidido ke hasta ke vuelvas a desordenar mis sábanas: dormiré en el suelo.”

Fue una tarde de verano hace ia muxos veranos. El sol nunka será el mismo ni los momentos iguales. Una de esas fexas ke kaieron sin la necesidad de kererlo en algo eterno, en algo imborrable. Un miérkoles de ceniza en el ke eia me hizo kaer en kuenta años después. Ahora veo ke sin pensarlo ahora vivo komo un Buendía esperando mi sino.

Elegí este mes para rekordar pues lo ke representa lo sabemos eia, io y el F. Un saludo y eterno agradecimiento a mi Eterna Princesa, donde kiera ke te haies y kon kien sea ke andes abrazada ahora.